Adán y Eva (2da. Parte)
Varias personas que conozco me han hecho comentarios sobre el post de Adán y Eva. En realidad era una reflexión inicial y mientras más converso con amigos sobre el tema, más me doy cuenta de lo profundo de los contenidos del mito bíblico. Según éste, Dios crea a la humanidad y, a pesar de hacer a los hombres y mujeres a su imagen y semejanza para que sean los señores de su creación, no les entrega el don de la conciencia de sí mismos. Sin embargo, les pone un reto: el no probar del árbol del “conocimiento del bien y el mal”. Por el nombre del árbol y su fruto, uno podría pensar que Dios quería mantenernos en la una especie de inocencia infantil, sin embargo, lo primero que sucede al probar Adán y Eva es que éstos toman consciencia de su desnudez, es decir, toman consciencia de sí mismos. Luego, casi de inmediato, empiezan a conocer que existen cosas buenas y cosas malas, descubren que existen unas cosas que son permitidas y otras que no lo son. Desde el punto de vista psicoanalítico,