Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2009

Adán y Eva (2da. Parte)

Varias personas que conozco me han hecho comentarios sobre el post de Adán y Eva. En realidad era una reflexión inicial y mientras más converso con amigos sobre el tema, más me doy cuenta de lo profundo de los contenidos del mito bíblico. Según éste, Dios crea a la humanidad y, a pesar de hacer a los hombres y mujeres a su imagen y semejanza para que sean los señores de su creación, no les entrega el don de la conciencia de sí mismos. Sin embargo, les pone un reto: el no probar del árbol del “conocimiento del bien y el mal”. Por el nombre del árbol y su fruto, uno podría pensar que Dios quería mantenernos en la una especie de inocencia infantil, sin embargo, lo primero que sucede al probar Adán y Eva es que éstos toman consciencia de su desnudez, es decir, toman consciencia de sí mismos. Luego, casi de inmediato, empiezan a conocer que existen cosas buenas y cosas malas, descubren que existen unas cosas que son permitidas y otras que no lo son. Desde el punto de vista psicoanalítico,

Generación X

Acabo de atender a mi paciente, un joven de 28 años que podría ser cualquiera. No sé por qué tengo tantos problemas con esta generación. Muchos de estos jóvenes, por su edad (entre los 25 y 34 años) caben dentro de lo que yo llamo la Generación X Latinoamericana. Generación X les pusieron los sociólogos en Europa como hace 20 años, el mismo nombre suguiere que son como una incógnita. Es una generación a la que me cuesta mucho trabajo acercarme, quizá porque yo provengo de aquella generación que andaba en la búsqueda de combatir sus vacíos afectivos llenándolos de utopías sociales y la entrega a los demás. La Generación X no busca llenarlos, se adapta a ellos; re-define el amor o el sexo, el compromiso o la pasión desde el vacío y lo más complicado, desde el silencio. Les es muy difícil hablar de lo que sienten y, por lo tanto, desarrollar su capacidad de disfrutar de espacios íntimos. La intimidad les incomoda tremendamente, prefieren volver a su privacidad, aún cuando ésta esté satu

De cómo Adán y Eva no se adaptaron al frío... (*)

Imagen
(Gen.: 2, 15-17; 3, 1-24) ¿Recuerdan el relato de la expulsión de Adán y E va del Jardín del Paraíso? Veamos, luego de los seis días de trabajo de Dios y su justificado descanso en el séptimo día, es decir, el día sábado, el libro del Génesis en la Biblia hace un nuevo relato más breve de la creación, después del cual ambos se unifican en la existencia de Adán en el Paraíso y de cómo Dios le coloca una compañera, Eva. Como Dios quiere verlos crecer inocentes, les permite disfrutar gratis y a su antojo de todas las instalaciones del flamante Jardín del Edén pero les prohíbe terminantemente comer del fruto del árbol que se encuentra en la mejor parte de su creación. Si alguno de Uds. pensó en el manzano, se equivocaron. El prohibido árbol se llamaba “árbol de conocer el bien y el mal” ó “árbol del conocimiento del bien y el mal”, según la traducción de la Biblia que estem os manejando. Adán y su esposa Eva andaban desnudos y sin consciencia de su desnudez, felices y disfrutando de la cre

Parejas

Hoy tuve la última sesión del día con una pareja que en medio de conversación, como suele suceder, iniciaron una fuerte discusión olvidándose casi por completo de mi presencia. En un momento él le dice a ella: “bueno, pues, las puertas están abiertas para que te vayas si quieres”. Esta última frase se me quedó grabada y al terminar la sesión me puse a reflexionar un poco sobre ella. Me pregunto, ¿puede el amor cerrar las puertas? si las puertas estuvieran cerradas… ¿sería posible el amor? A mí me parecería más un secuestro que un amor. Pienso que la única manera que el amor pueda florecer es en libertad. Nadie puede retener a nadie en nombre de un amor y decidir en qué momento le abre las puertas para que se vaya si lo desea. Además, si no fuera así, ¿cómo podríamos estar seguros que la persona que amamos está porque desea estar dentro? Conclusión: el amor sólo puede ser “de puertas abiertas” y no sólo de puertas, también de ventanas y demás, ya que también necesita oxígeno. Es increíb