Parejas

Hoy tuve la última sesión del día con una pareja que en medio de conversación, como suele suceder, iniciaron una fuerte discusión olvidándose casi por completo de mi presencia. En un momento él le dice a ella: “bueno, pues, las puertas están abiertas para que te vayas si quieres”.

Esta última frase se me quedó grabada y al terminar la sesión me puse a reflexionar un poco sobre ella. Me pregunto, ¿puede el amor cerrar las puertas? si las puertas estuvieran cerradas… ¿sería posible el amor? A mí me parecería más un secuestro que un amor. Pienso que la única manera que el amor pueda florecer es en libertad. Nadie puede retener a nadie en nombre de un amor y decidir en qué momento le abre las puertas para que se vaya si lo desea.

Además, si no fuera así, ¿cómo podríamos estar seguros que la persona que amamos está porque desea estar dentro? Conclusión: el amor sólo puede ser “de puertas abiertas” y no sólo de puertas, también de ventanas y demás, ya que también necesita oxígeno.

Es increíble cómo las personas, de las maneras más sutiles, cerramos las puertas en la fantasía de poder retener el amor.

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